lunes, 14 de septiembre de 2015

Reflexión sobre las actividades de animación lectora


            ¿La planificación cumplió tus expectativas al momento de                             realizar la actividad?
En mi oficio de narradora oral  la mayoría de las audiencias han sido compuestas por niños, luego por adultos y en su minoría por jóvenes. Por este motivo, elegí a estos últimos para realizar la actividad requerida, lo que constituyó  un desafío en el sentido de que ellos representan  tanto en mi experiencia como en términos generales  una audiencia no fácil de cautivar y atraer. Sin embargo, en la actividad, antes,  durante y al finalizar, el grupo de jóvenes me sorprendió  en cuanto a la honestidad y entusiasmo mostrado por la lectura narrada y con la actividad en sí. En este sentido puedo decir que las expectativas  fueron cumplidas y superadas.



¿Qué conocimientos previos ayudaron a la realización de la actividad?
Considero importante conocer al autor del texto a narrar, aunque no se transmita toda la información que se conozca de él o ella. En este caso, me informé  sobre la vida y obra del autor Augusto Monterroso, y así pude dar a conocer los aspectos más relevantes u oportunos para el momento.
El haber leído varias veces el texto, permitió que pudiera hacer una lectura más fluida y propiciar un mayor contacto visual con los jóvenes.
 
   

¿Qué aprendizajes obtienes luego de      planificar y poner en práctica?
Como aprendizaje creo que la planificación es una importante herramienta que ordena y contribuye a manejar los tiempos, la fluidez en la lectura y el rumbo que se quiere dar en la etapa post- lectura con los participantes.
También reafirmo que el texto a leer se debe disfrutar en términos personales, es decir, elegir un texto que a uno como mediador y persona le haga sentido, le guste, lo disfrute y lo quiera compartir, de tal forma que  nos permitamos  fluir dando el espacio para que las palabras que componen la magia de un texto sean escuchadas por la audiencia sin prejuicios desde nosotros , sin predisposiciones , en libertad, que sea el texto el anfitrión, el protagonista  del momento  en que a través de nuestra voz llega y se instala en cada participante , para que luego pueda compartir en  grupo sus reflexiones , sus comentarios , y más tarde en soledad seguir degustando con emoción la lectura escuchada.